Quiénes somos

Nuestra historia
Esta gratificante aventura, trata sobre la sanación, el conocimiento, el respeto por nosotros mismos y la naturaleza que nos rodea, confiando en remedios curativos naturales proporcionados a través de plantas, minerales, animales y energía.
KannaValley representa nuestro viaje para comprender y adoptar un enfoque holístico de la vida y la salud, viviendo en armonía con la naturaleza.

Klem recuperada del dolor crónico
Nuestra fundadora, Klemencia Gregory, descubrió el poder del aceite de CBD después sufrir una lesión espinal severa. Tras años de sufrimiento y visitas a muchos médicos especialistas, conoció el aceite de CBD a través de unos amigos.
El dolor crónico que había sufrido durante años comenzó a disiparse. En pocas semanas pudo dejar de tomar analgésicos y en un corto período de tiempo más, el aceite de CBD le ayudó a recuperar su calidad de vida por completo.
Esto la motivó a investigar, conocer y entrar en el mundo del CBD y crear sus propios aceites.
En el desarrollo de los productos se fueron uniendo al equipo África, Fernando, Javier y Luis, familia, amigos y empresarios con los que comparte su pasión por la vida sana, las mascotas y el CBD. Juntos han hecho realidad este sueño que cada vez llega a más gente y más mascotas.

Aparece Mochoco
Unos años más tarde, en la vida de Klem se cruzó con un adorable cachorro de Schnauzer de dos meses, Mochoco.
Mientras recibía sus vacunas estándar, sufrió una serie de malas reacciones en su piel, y además el moquillo, que le causó un dolor insoportable e inflamación severa.
Los veterinarios intentaron ayudarlo, pero ninguno de los medicamentos parecía funcionar, y finalmente recomendaron sacrificar a Mochoco.
Klem no podía ni quería renunciar a su nuevo miembro de la familia, y habiendo sanado previamente del dolor crónico gracias al aceite de CBD, decidió probarlo con Mochoco.
¡Y funcionó! En cuestión de semanas, las gotas, cremas, champús y aceites de cannabis restauraron la salud y la piel del pequeño Mochoco.
Gracias al CBD, Mochoco ha crecido como un perro normal en una familia feliz con mamá Klem, sus hermanos Gonzalo, Verónica y Juana, y ahora incluso tiene sobrinos, Chloe y el pequeño Maxi